domingo, 25 de agosto de 2013


EL PELIGRO VOLCÁNICO EN MÉXICO

José Luis Macías Vázquez, Instituto de Geofísica, UNAM
Coyoacán 04510, México D.F., México.
macias@tonatiuh.igeofcu.unam.mx
FAX: 55502486: Tel. 56224124 ext. 19
y
Lucia Capra Pedol, Instituto de Geografía, UNAM
Coyoacán 04510, México D.F., México
solari@servidor.unam.mx

La actividad volcánica es uno de los peligros naturales que en el siglo pasado y durante los últimos años, ha representado una seria amenaza para la sociedad en nuestro país. Durante el siglo XX ocurrieron varias erupciones de diferente magnitud. La más importante tuvo lugar en marzo-abril de 1982 en el volcán Chichón, Chiapas, la cual causó la muerte de unas 2,000 personas y destruyó nueve poblados constituyéndose en la peor catástrofe de índole volcánico en México.

A nivel mundial, el número de víctimas debidas a la actividad volcánica se incrementó en un 20% durante el siglo XX comparado con aquellas ocurridas del 1600 al 1800. Este dato contrasta con el avance que ha tenido la vulcanología durante los últimos 30 años. Sin embargo, este incremento no es tan sorprendente si se considera a la sobrepoblación mundial como uno de los factores responsables, dado que con mayor frecuencia la población tiende a habitar zonas consideradas de alto riesgo.
Esto es muy claro, si observamos la localización de los estratovolcanes más activos del Mundo es fácil reconocer que se encuentran en zonas en desarrollo, en donde el conocimiento científico todavía no alcanza un nivel adecuado. En México podemos ver claramente que la mayor densidad de población está alrededor de volcanes activos como lo muestra la figura 1.



Figura 1. Distribución de la densidad de población vs. Volcanes activos.
Mapa de población tomado de "Gridded Population of the World" (SEDAC) de Columbia University.



Frente a estos hechos, es muy importante para países como México, ampliar y profundizar el conocimiento de sus volcanes. Este hecho sólo puede lograrse a través del estudio detallado de la historia eruptiva de los volcanes dado que de esta forma se puede establecer su posible comportamiento futuro. Así mismo, se debe establecer una red de monitoreo en su entorno equipada con la mayor cantidad de equipo sísmico y geodésico. Aún con estas condiciones, el monitoreo volcánico, no es suficiente para poder prevenir los efectos de un desastre volcánico, dado que únicamente nos ayuda a pronosticar el inicio de una crisis volcánica.

Las erupciones de los volcanes Santa Elena (EUA, 1980) Unzen (Japón, 1991) y Galeras (Colombia, 1993), a pesar de ser algunos de los volcanes más monitoreados del Mundo, cobraron la vida de citadinos, periodistas incluyendo a expertos vulcanólogos. Este hecho se debió a que no se contaba con un conocimiento más completo del alcance posible de los productos piroclásticos emitidos por estos volcanes.

El territorio Mexicano forma parte del cinturón de fuego del Pacífico, región del planeta en la que se encuentra la mayoría de los volcanes activos del planeta. En México la mayor parte del volcanismo ocurre en el Cinturón Volcánico Trans-Mexicano (CVTM) en el cual se asientan los volcanes activos más importantes del país (Fig. 2). Sin embargo, también existen volcanes en otras regiones por lo que puede decirse que el fenómeno se presenta distribuido ampliamente por todo el territorio nacional con más de varias decenas de miles de volcanes.



Figura 2. Localización del Cinturón Volcánico Trans-Mexicano (CVTM) y de los volcanes activos en el territorio nacional. Por ejemplo se tiene la presencia de volcanismo activo en las islas San Benedicto (Volcán Barcena) y Everman (Volcán Socorro) en el Archipiélago de lasáIslas Revillagigedo, en Baja California con el Volcán Tres Vírgenes y la caldera de Cerro Prieto (modificado de Medina-Martínez, 1997) y en el Estado de Chiapas con los volcanes Chichón y Tacaná..

Sorprendentemente México cuenta solamente con doce volcanes activos, entre los cuales se encuentran el Popocatépetl, el Volcán de Colima y el Chichón, que están considerados entre los volcanes más activos de América. Sin embargo, no hay que subestimar la existencia en México de numerosos volcanes en estado de quietud, los cuales representan un peligro latente como por ejemplo el caso del Volcán Chichón que, antes de su explosión cataclísmica de 1982, no se consideraba como un volcán activo.

Además de la erupción catastrófica del volcán Chichón ocurrieron en nuestro país diversas erupciones volcánicas durante el siglo XX las cuales se enlistan en la tabla 1. Como se puede apreciar en esta tabla los mexicanos tuvieron la oportunidad de observar en 1943 el nacimiento del volcán Paricutín, en el estado de Michoacán; en 1952 el nacimiento del volcán Bárcena en las Islas Revillagigedo, estado de Colima y la continua actividad del volcán de Colima que en 1913 produjo una erupción pliniana que provocó una lluvia de ceniza a más de 700 km de distancia en la Ciudad de Saltillo, Coahuila.

Sin embargo, sólo con las crisis volcánicas del volcán Popocatépetl (1994-presente) y del volcán de Colima (1998-2000), aumentó la sensibilidad de la sociedad hacia los fenómenos volcánicos. Un paso importante de la vulcanología en nuestro país se logró el 21 de diciembre de 1994 durante la reactivación del volcán Popocatépetl, mediante la creación de un comité científico que evaluara su estado de actividad. Uno de los primeros temas que este comité científico consideró necesarios, para mitigar la crisis volcánica, fue la construcción de un mapa de peligros volcánicos, el cual debería servir a las autoridades de protección civil como base fundamental para crear sus planes de respuesta, localizar rutas de evacuación, albergues, etc. De esta forma, se publicó en 1995, el mapa de peligros del Popocatépetl (Macías et al., 1995). Al mapa de peligros del Popocatépetl le siguieron los mapas de los volcanes de Colima (Del Pozzo, et al., 1995) y Pico de Orizaba (Sheridan et al., 2002).

Tabla 1. Actividad volcánica en México durante el siglo XX.

Volcán
Localización
Año
Actividad
Colima

 
Colima, Jalisco
1913

1961-62

1975-76

1981-82

1991

1994

1998-2000

2001-2002


Destrucción del domo central

Emisión de coladas de lava

"

Destrucción parcial del domo y en ocasiones emisión de coladas de lava

"

"
Paricutín
Michoacán
1943-52
Formación de un volcán o cono de escoria
Bárcena
Isla San Benedicto, I. Revillagigedo, Colima
1952
Formación de un volcán o anillo piroclástico
Chichón
Chiapas
1982
Destrucción total del domo central
Tacaná
Chiapas, México-Guatemala
1950 y 1986
Explosión freática
Éverman
Isla Socorro, I. Revillagigedo, Colima
1993
Emisión submarina de escorias
Popocatépetl


México, Morelos, Puebla
1994-presente
Caída de cenizas, flujos piroclásticos, lahares



Aunque estos mapas son sólo una representación grafica de las zonas que podrían ser afectadas por una erupción futura, en ellos se reúne el conocimiento de su comportamiento pasado (historia geológica y su registro histórico). De esta forma los mapas de peligros volcánicos junto con el monitoreo geofísico, geoquímico, y otras técnicas modernas son fundamentales para el monitoreo volcánico. Toda la información generada durante el monitoreo volcánico debe de ser transmitida a las autoridades de protección civil quienes se encargarán de elaborar un mapa de riesgo, en el que se determine el número de pobladores en riesgo, obras de infraestructura como hospitales, escuelas, etc. Y en general los daños que podrían ser causados por una erupción.

Esta información, aunada a un adecuado sistema de monitoreo, permite pronosticar la actividad futura del volcán y tomar las acciones necesarias para disminuir los efectos dañinos de una erupción.

Retos futuros

Al menos un 50% de la población del país vive a lo largo del Cinturón Volcánico Trans-Mexicano, esto es, habita en las cercanías de un volcán. Esto obedece a que los suelos volcánicos son muy fértiles y útiles para la agricultura. Sin embargo, la población conoce muy poco sobre el entorno geológico que la rodea.  A este punto cabe preguntarnos: ¿Estamos preparados en caso de una actividad volcánica futura? ¡La respuesta no es fácil! Durante la crisis volcánica del Popocatépetl hubo una respuesta bastante eficaz por parte de la comunidad científica y de las autoridades correspondientes. En el futuro se necesitará la creación de recursos humanos en esta especialidad así como una mayor comunicación entre las autoridades de protección civil, científicos y la comunidad.

Bibliografía

  • Del Pozzo, A. L., Sheridan, M.F., Barrera, D., Hubp, J.L, and Selem, L.V. (1995) Potential Hazards from Colima Volcano, México. Geofísica Internacional, 34:363-376.
  • Espíndola, C.J.M. (1999) La actividad volcánica. Cuadernos del Instituto de Geofísica, Instituto de Geofísica, UNAM, No. 12: 52 p.
  • Macías, J.L., Carrasco, G., Delgado, H., Del Pozzo, A.L., Siebe, C., Hoblitt, R., Sheridan M.F., Tilling, R.I. (1995) Mapa de peligros volcánicos del Popocatépetl. Publicación especial del Instituto de Geofísica, UNAM. Junio, 1995.
  • Medina-Martínez, F. (1997) Sismicidad y Volcanismo en México. La Ciencia para Todos, F.C.E., No. 151: 107 p.
  • Sheridan, M.F., Siebe, C., Rodríguez-Elizarrarás, S., Carrasco-Núñez, G., y Hubbard, B. (2002) Mapa de peligros volcánicos del Pico de Orizaba. Publicación especial del Instituto de Geología-Geografía, UNAM. Junio, 1995.

 

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